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Introducción

Hoy en día existe mucho interés en las habilidades personales que determinan el éxito de un niño en la escuela, de un joven en la universidad, de los adultos en el trabajo o de cualquier individuo en la vida.  Se han diseñado pruebas con las cuales se mide el coeficiente intelectual y los resultados suelen preocupar mucho a los padres de familia pues durante muchos años existió la creencia que alguien con IQ alto sería mucho más exitoso en la vida. Sin embargo, el Dr. Howard Gardner, de la Universidad de Harvard, encontró que la inteligencia era mucho más amplia que sólo los aspectos que se medían en estas pruebas y desarrolló la teoría de las inteligencias múltiples. Con este hallazgo comenzó una tendencia a incluir en la escuela experiencias que ayudan a estimular de una forma más orgánica la inteligencia.

Hoy conocemos con claridad la distinción entre las habilidades cognitivas y las no cognitivas, donde las primeras incluyen la memoria, percepción, atención, comprensión y lenguaje; y las segundas que han sido llamadas habilidades blandas, habilidades del carácter, virtudes o competencias socio emocionales. El Dr. Martin Seligman junto con Christopher Peterson de la Universidad de Pennsylvania hicieron un importante trabajo científico para clasificar las fortalezas del carácter y una prueba para medirlas. Encontraron 24 fortalezas que clasificaron en fortalezas de sabiduría y conocimiento, coraje, humanidad, justicia, templanza y trascendencia.

Sin saber todo esto, en la década de los cuarenta, el Dr. Shinichi Suzuki desarrolló un método de enseñanza con el objetivo de formar buenos seres humanos a través de la música. Su enfoque enfatiza las virtudes a través de las cuales se enseña música, hace énfasis en que todos los niños pueden tocar un instrumento musical y en que mucho depende de su entorno y no sólo de la genética o el talento innato.

En esta idea de modelar a los alumnos a través de la imitación, no podemos dejar de lado el papel del profesor de música quien debe ser muy buen músico, pues será el modelo técnico que el alumno imita, pero también virtuoso pues modelará las fortalezas del carácter en conjunto con los padres de familia.

La ciencia del carácter

Escrito por: Tiffany Shlain, Sawyer Steele y Ken Goldberg
Agradecimiento a: Let it Ripple, Mobile Films for global change.

Bio

He trabajado en la educación musical por más de 20 años dirigiendo orquestas y bandas de jazz infantiles así como dando clases de saxofón y piano. Cursé la carrera de música popular contemporánea en la academia Fermatta bajo el sistema de Berklee College of music, soy licenciado en administración y negocios por la Universidad Anáhuac y egresado del programa D1 del IPADE. Soy miembro de International Society for Music Education, la Texas Music Educator Association y de la Asociación Suzuki de México. Dirijo el programa de música del colegio Northridge, participo en el consejo de Vinna Music y asesoro a varios colegios en sus programas musicales; me han invitado a impartir cursos de capacitación docente para profesores desde el año 2005 y he dictado ponencias en foros nacionales e internacionales. Soy apasionado por la educación musical y me entusiasma mucho contribuir a formar niños y niñas en conjunto con grandes profesores, pedagogos musicales y músicos quienes compartimos la pasión por formar a través de la música y así construir una mejor sociedad. He tenido el privilegio de ver crecer a muchos de mis alumnos, y puedo afirmar con certeza que la educación musical es una herramienta poderosa para formar el carácter de las nuevas generaciones.

Formar a través de la música

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